ACTIVIDAD
PRÁCTICA MÓDULO E .- CLAVES ACTUALES DEL EJERCICIO DE LIDERAZGO. EL
LIDERAZGO INNOVADOR
La
tarea actual de mi Departamento es la Gestión del Dominio Público
Marítimo Terrestre. Para ello se tramitan las autorizaciones y
concesiones para los diferentes usos que se solicitan en el dominio
público marítimo terrestre.
Durante
los últimos veinte años se han concedido sistemáticamente las
mismas autorizaciones para cultivo en la zona de dominio público
marítimo terrestre y prácticamente siempre a las mismas personas.
Esta forma de gestionar el dominio público ha generado diversos
problemas: los solicitantes consideran que esas parcelas son suyas,
problemas de erosión de las márgenes del Guadalquivir, deterioro
medioambiental del dominio público, etc.
Personalmente,
encuentro especialmente desmotivadora la forma de gestión que se ha
llevado en las últimas décadas, en las que no se aplicaba ningún
tipo de criterio a la hora de decidir que solicitudes de autorización
o concesión para la utilización del dominio público marítimo
terrestre se otorgaban y cuales no, sino que simplemente se tramitaba
todo aquello que se solicitaba. Realmente es un trabajo que podría
hacer una máquina y que no precisa de la aportación de ni un ápice
de intelecto.
La
inclusión de la perspectiva medioambiental supone una exigencia de
la sociedad para cualquier ámbito de gestión de la administración.
Nadie entendería hoy en día que el urbanismo, la arquitectura, o la
movilidad por poner algunos ejemplos se gestionaran sin tener en
cuenta al medio ambiente en la toma de decisiones. A este respecto,
la gestión del Dominio Público Marítimo terrestre no es una
excepción, y su gestión debe llevar implícito la toma en
consideración de la perspectiva ambiental.
Por
otro lado, esta nueva forma de gestionar el Dominio Público Marítimo
Terrestre, aportará una serie de beneficios para la sociedad:
-
Mitigación del cambio climático.
-
Aumento de las reservas de carbono (reducción del CO2).
-
Generación de oxígeno.
-
Regulación de los regímenes hidrológicos.
-
Protección de las margenes del río Guadalquivir y de sus brazos (brazo del este, brazo de los Jerónimos, etc.).
-
Mejora paisajística del entorno.
-
Crecación de zonas con potencial recreativo (para la creación de senderos, carriles bici, etc.)
-
Ecosistemas para fauna.
Por
otro lado, desde el punto de vista personal lo más gratificante de
llevar adelante este proyecto sería la realización de un trabajo
más motivador, más inspirador, y que de lugar a una gestión del
Dominio Público Marítimo Terrestre más plural, más ecológica,
menos productivista, más acorde con las exigencias de la sociedad,
con lo expuesto en la Ley de Costas y en el Reglamento de Costas y
con los objetivos de la Unión Europea en materia de Medio Ambiente.
2.-
Elegir el reto:
Partiendo
de esta situación, el reto a conseguir es la Gestión del Dominio
Público Marítimo Terrestre INTEGRAL y con un mayor enfoque
ambientalista. Una gestión que vaya más allá de la simple
tramitación de las autorizaciones y concesiones que nos van
solicitando, que parta de una propuesta integral del dominio público,
consensuada con los diferentes actores del territorio, y que,
respondiendo a los diversos intereses que confluyen en el espacio
tenga como principal objetivo la recuperación y la restauración
medioambiental del entorno.
El
número total de autorizaciones en zona de DPMT que se otorgan son
aproximadamente 200, que se adjudican por un periodo de cuatro años
y que se han repartido de manera que cada año se tramiten 50
autorizaciones. El periodo de adjudicación comienza en febrero de
cada año. Por tanto, en un plazo de cuatro años a partir de enero
de 2020 debería poderse modificar sustancialmente la forma de
gestionar el dominio público marítimo terrestre.
Por
supuesto, la transformación del espacio podrá llevar muchísimo
más tiempo dado que una restauración ambiental trabaja con los
plazos “de la naturaleza”, sin embargo, el objetivo es
transformar “la forma de gestionar”, aunque ello
conllevara una transforrmación del espacio en el largo plazo.
En
definitiva, el plazo final será la consecución de los objetivos
será febrero de 2024.
Uno
de los principales obstáculos con el que se enfrenta cualquier
estructura es la de evitar la inercia. Al Departamento de Dominio
Público Marítimo Terrestre le ha faltado en determinados momentos
decisión para lleva a cabo los cambios necesarios, ya fuera por las
dificultades a las que se encontró al iniciar los cambios o
simplemente el peso de la inercia. En definitiva, lo sencillo sería
seguir con la misma tramitación que se ha venido haciendo en las
últimas décadas. La idea de un proyecto renovador, nuevo e
ilusionante puede suponer el empujón que motive al equipo para
realizar los cambios que sean necesarios.
Puestos
a soñar, elegiría un equipo joven, con con capacidad para hacer
pedagogía y explicar de forma adecuada una transformación que
afectaría a muchos sectores y con querencia por las innovaciones del
mundo digital.