Hola:
Mi
reflexión está en torno a la idea de liderazgo en el sector público y
las dificultades añadidas que conlleva con respecto al liderazgo en el
sector privado.
Cualquier tipo de dirección en el sector privado
cuenta, no solo con la herramienta (obviamente desagradable) del despido
o de deshacerse del miembro del equipo que no le interesa, sino que
cuenta también con la posibilidad de gratificar aquellas acciones o
aquellos miembros de su equipo que la dirección considere que deban ser
gratificados.
Por contra, la dirección pública cuenta con la
restricción de no poder influir en diversos aspectos relacionados con
las condiciones de contratación de los equipos de trabajo, desde los
salarios a los puestos que los empleados ocupan. Por tanto, deben
ejercer su liderazgo sin poder, no solo modificar su equipo para
adaptarlo a las condiciones que considere propicias, sino tampoco
gratificar cuando lo crea conveniente.
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